Queratocono: Tratamiento

Queratocono

El queratocono es una anomalía que afecta a la morfología corneal produciendo en ésta una distrofia caracterizada por la formación progresiva de una ectasia en el área central o paracentral de la córnea.

Es un proceso no inflamatorio en el que la córnea se adelgaza adoptando una forma cónica y llegando a hacer profusión en la hendidura palpebral. En la mayoría de los casos es bilateral aunque asimétrico.

Generalmente se inicia alrededor de la pubertad, siendo la adolescencia la edad de diagnóstico más frecuente.

Puede estacionarse o bien evolucionar lentamente.

A veces, también aparece en edades más tardías y en este caso la enfermedad no degenera tanto, la agudeza visual suele ser mejor y los astigmatismos o defectos refractivos más bajos.

Queratocono: Etiología

La etiología o causa es incierta, lo que si se conoce es el mecanismo por el cual se produce:

Si por algún motivo se producen rupturas en los enlaces de las fibras de colágeno que constituyen la córnea da lugar a las ectasias corneales.

La alteración de dichas fibras produce un debilitamiento de la córnea que al no tener suficiente elasticidad y resistencia cede a la presión del ojo deformándose hacia el exterior y originando el queratocono.

De aquí que éste se manifieste con mayor frecuencia en las enfermedades que tienen relación directa con la alteración del colágeno.

Entre las enfermedades sistémicas asociadas se encuentran: el Síndrome de Down, el Síndrome de Turner, el Síndrome de Ehlers-Danlos, el Síndrome de Marfan, la atopia, el prolapso de la válvula mitral, el Síndrome de Rieger, el Síndrome de Apert y el Síndrome de Crouzon entre otros.

También puede aparecer en la presencia de una patología ocular aislada como la conjuntivitis vernal (alérgica), la amaurosis congénita de Leber , degeneración tapetorretiniana infantil, la retinitis pigmentaria, la esclera azul, aniridia y ectopia del cristalino.

Queratocono: Síntomas

Los primeros síntomas suelen ser visión borrosa y distorsión de las imágenes debidos al aumento del astigmatismo y la miopía, ambos consecuencia de la deformidad corneal, la cual al ir avanzando hace que el paciente requiera cambios frecuentes en la graduación de sus monturas y presente una disminución a la tolerancia de sus lentes de contacto usuales.

La mayoría de los pacientes refieren también deslumbramiento, sensibilidad a la luz e irritación ocular.

Clasificación del queratocono:

La forma más usual de clasificar es en función del radio de curvatura corneal. Según esto puede ser de:

– Grado I: los valores máximos queratométricos oscilan entre 7,40 y 6,50mm.

Existe un ligero aumento del astigmatismo corneal que aun puede neutralizarse con gafas. Se denomina también queratocono leve o subclínico.

– Grado II: las medidas queratométricas máximas están comprendidas entre 6,50 y 5,50mm.

Existe también una mayor distorsión corneal y astigmatismo más elevado por lo que la disminución de la agudeza visual con gafas es considerable y es necesario compensar con lentes de contacto. Se conoce también como queratocono avanzado.

– Grado III: se hace muy difícil la medida queratométrica por la gran distorsión corneal obteniéndose valores inferiores a 5,50mm.

La parte central de la córnea se ha adelgazado y pueden observarse al biomicroscopio estrías corneales y de perfil la prominencia del cono.

La agudeza visual con gafas es ya muy deficiente. Se denomina también queratocono grave.

– Grado IV: la córnea está muy adelgazada en el centro y no es posible realizar queratometría.

Se pueden apreciar opacidades en el vértice del cono y existe una gran distorsión corneal.

Se ven fácilmente los nervios corneales y reflejo muy brillante del endotelio. Requiere tratamiento quirúrgico.

Dependiendo de la situación del vértice del cono, podemos clasificar en: Central, central asimétrico, y periférico siendo asimétrico el más usual según las estadísticas.

  • Signos y diagnostico:

Para diagnosticar se deben observar la existencia de una serie de evidencias en varias pruebas diagnósticas, puesto que según el grado de la anomalía éstas serán más o menos sensibles, siendo especialmente complicado el diagnóstico cuando el queratocono es leve, pues en este caso la pérdida de agudeza visual es leve y los signos clínicos no son claramente interpretables. Dichas pruebas son:

– Retinoscopía: se observan sombras retinoscópicas en tijera.

– Queratometría: radios de curvatura tanto más pequeños cuanto más avanzado esté.

Las miras queratométricas estarán deformadas en el queratómetro de Helmholtz y en el de Javal se observa una ruptura de la línea de fe.

– Disco de Plácido: muestra la deformación corneal.

– Topografía: permite la sospecha o detección de alguna irregularidad corneal.

– Lámpara de Hendidura: aparte de observar la forma cónica de la córnea nos muestra los siguientes signos: Anillos de Fleisher (depósitos férricos en la base del cono), las estrías de Vogt (pliegues finos cercanos al vértice del cono en la membrana de Descemet), nervios corneales, el signo de Munson (protusión de la córnea en el párpado inferior).

– Paquimetría: medición del espesor corneal paracentral, central o inferior, si cualquiera de ellos es inferior a 450mm y disminuye por más de 5% en medidas sucesivas entonces podemos sospechar.

– Tonometría: la presión intraocular suele ser muy baja.

Diagnóstico diferencial:

Para el estudio del diagnóstico diferencial consideramos importantes, entre otras, las siguientes anomalías o alteraciones:

– Degeneración marginal pelúcida.

Queratocono posterior.

– Queratoglobo.

– Moldeo corneal por lentes de contacto.

– Ectasia corneal post-Lasik.

Queratocono: Tratamiento

El tratamiento optométrico depende en gran medida del estado de la ectasia.

En las fases tempranas se puede obtener una buena agudeza visual con gafas o lentes de contacto hidrofílicas.

Actualmente, existe una nueva técnica denominada Cross-Linking cuyo fin es aportar una mayor rigidez a la córnea, mantener la visión y evitar el deterioro visual.

Consiste en la aplicación de gotas de riboflavina y la posterior exposición a un tipo de luz ultravioleta, consiguiendo así generar nuevas uniones o puentes entre las fibras del colágeno corneal hasta aumentar significativamente la rigidez de la córnea.

Este tratamiento sirve de poco si se aplica cuando la enfermedad está muy evolucionada. Para obtener todas las ventajas de esta nueva técnica lo fundamental es la detección precoz.

Cuando la ectasia está más avanzada la única opción no quirúrgica es la adaptación de lentes de contacto rígidas o gas permeables.

Si la visión no mejora con gafas o con lentes de contacto se plantean opciones quirúrgicas tales como:

– Anillos intraestromales: se introducen en el espesor corneal para aplanar y regularizar la superficie corneal.

– Transplante de córnea: realizado en casos muy avanzados especialmente con cicatrización corneal.

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