Baja Visión: Diagnóstico y tratamiento

Baja Visión

En baja visión cualquier persona que presente una disminución de la función visual debe derivarse al oftalmólogo para una valoración y un tratamiento.

Si después sigue sin tener una visión aceptable, debe de derivarse a una unidad de Baja Visión para que le determinen que tipo de ayudas visuales necesita, así como el entrenamiento y el apoyo psicosocial.

El diagnostico sólo lo deben de realizar los oftalmólogos especializados en dicho campo.

Lo primero que deben de valorar de forma exhaustiva es:

  • La enfermedad ocular y el tratamiento que le ha sido aplicado.
  • Apreciar cualquier cambio en la patología por si necesita derivación a oftalmología clínica.
  • Comprender las dificultades diarias a las que se enfrenta. Tanto educativas, como ocupacionales y recreativas.
  • Escuchar la experiencia que ha tenido con otros profesionales y conocer si ha establecido contacto con asociaciones de Baja Visión.
  • Y además, valorar su calidad de vida, así como su estabilidad emocional.

Por eso no se debe de escatimar en preguntas para realizar una historia clínica minuciosa.

Baja Visión: Historia clínica

Es un documento en el que participan diferentes profesionales y donde el paciente es el verdadero protagonista.

Es privado, legal y con la mayor información posible sobre el paciente. Su único objetivo es conseguir las pruebas necesarias para lograr el diagnóstico.

En Baja Visión hay que prestar especial atención en:

  • Patologías oculares:

Diagnóstico, pronóstico, AV, dificultades visuales, tratamiento médico, si ha usado ayudas…

  • Nivel Sociocultural:

Conocer sus habilidades para adaptar su vida cotidiana.

  • Antecedentes familiares:

El trabajador social tendrá que valorar el apoyo familiar, sus recursos y sus problemas emocionales.

  • Informe psicológico:

Mostrará su capacidad para aceptar su situación y su intención de mejorar su dependencia.

  • Examen optométrico:

Se especificará su estado refractivo, además de la prescripción inicial.

  • Actual historial médico:

Si reciben ayuda de otros profesionales o tiene revisiones.

Aunque la historia clínica comienza desde que vemos al paciente, observando su postura, como se mueve, si está solo, si está cuidado, si presta atención…

Pruebas visuales recomendadas para los pacientes de Baja Visión:

  • AV utilizando optotipos específicos para lejos.
  • Sensibilidad al contraste.
  • AV en cerca.
  • Destreza en la lectura.
  • Ejecución de sus tareas diarias.
  • Campimetría: Determinar el campo periférico es crucial para aventurar si el paciente va a tener problemas de orientación y movilidad. Permite un seguimiento de la progresión de la patología y es uno de los parámetros que se tienen en cuenta a la hora de establecer compensaciones tras accidentes laborales o tráfico.
  • Percepción de los colores.
  • Sensibilidad a los reflejos y deslumbramientos.
  • La mejor refracción.
  • Medición de su punto de fijación (foveal o excéntrico).

¿Cómo trabajar en Baja Visión?

El primer objetivo es hacer entender a los pacientes su situación actual.

Ya nunca podrán ver como antes, pero sí que podrán utilizar su visión residual de manera mucho más efectiva.

La formación y el entrenamiento visual se deben de plantear desde cuatro puntos de vista:

  • Problemas en el CV central.
  • En el periférico.
  • En la binocularidad o en la AV.
  • Y en la sensibilidad al contraste o a los deslumbramientos.

El entrenamiento se debe de realizar con aparatos ópticos o electrónicos.

Y siempre serán más complicados los pacientes con afectación de la retina central.

Como norma general, en cualquier entrenamiento se necesita la participación de terapeutas ocupacionales, de Baja Visión y otros profesionales como los educadores.

Así como la colaboración de los agentes sociales para ayudar a acceder a los beneficios sociales y legales reconocidos por su disfunción. Además de los psicólogos pues en cualquier patología existe un gran componente emocional.

Por lo tanto, podemos subrayar que la Baja Visión es una especialidad multidisciplinar donde el buen servicio se consigue mediante la colaboración de varios profesionales.

Es muy complicado que sólo un profesional sea capaz de satisfacer todas las necesidades de este tipo de paciente.

Aunque el optometrista se encuentra en una situación privilegiada ya que está próximo a la sociedad y al hospital. Y puede diagnosticar, graduar, examinar y derivar.

Patologías que provocan Baja Visión:

En España las más comunes son: Stargart y Retinosis Pigmentaria, Miopía Magna, Glaucoma, DMAE, Retinopatía Diabética y Desprendimiento de Retina.

En Europa, casi una de cada tres personas mayor de 75 años tiene DMAE, que es la causa más habitual de Baja Visión en esta subpoblación.

Mientras que en España hay una gran incidencia de la miopía patológica (21% de los afiliados a la ONCE) la cual no tiene ningún tratamiento eficaz ni preventivo.

La tendencia futura es un aumento de las enfermedades degenerativas asociadas a la edad (DMAE y Glaucoma) y metabólicas (Retinopatía diabética), manteniéndose las demás.