Glaucoma: Tipos y tratamientos

Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por una elevación de la presión intraocular que provoca daños en las fibras ópticas que entra en el nervio óptico, dando lugar a pérdida de la visión.


Entre las principales causas de ceguera en todo el mundo.

El lograr un diagnóstico precoz, para iniciar el tratamiento correcto y establecer las pautas de seguimiento mas adecuadas, constituye el arma mas eficaz para evitar estas graves consecuencias.

Glaucoma: Clasificación

  • Congénito: Se produce en el nacimiento o a edad temprana, generalmente debido a una malformación del ángulo de la cámara anterior.
  • G. de ángulo abierto: Forma lentamente progresiva del glaucoma en el ángulo de la cámara anterior permanece abierto, aparentemente debido a un flujo disminuido del humor acuoso a través de la malla trabecular.
  • G. de ángulo cerrado: Se produce como resultado del cierre del ángulo de la cámara anterior.
  • G. pigmenterio: En el que los espacios de la malla trabecular han llegado a bloquearse con pigmento uveal.
  • G. primario: Es el que no se debe a una enfermedad ocular preexistente.
  • G. secundario: Se debe a una enfermedad ocular preexistente.

El g. crónico simple (o de ángulo abierto) produce pocos síntomas o ninguno, mientras que el g. de ángulo estrecho o cerrado suele conllevar un cierto número de ataques «prodrómicos» con:

Dolor ocular, visión borrosa, percepción de halos alrededor de las luces y, posiblemente, náuseas y síntomas gastrointestinales.

Estos ataques prodrómicos pueden ir seguidos de un ataque de ángulo cerrado, que se caracteriza por un elevado y repentino aumento de la presión intraocular, conformación de sinequias y pérdida importante del campo visual.

¿Por qué se produce el glaucoma?

Por el interior del ojo circula un líquido, encargado de la nutrición de las estructuras internas del ojo.

Este líquido cumple una función similar a la sangre, pero tiene la ventaja de que al ser totalmente transparente.

Permite que la luz pase a su través, permitiendo al ojo cumplir la misión para lo que ha sido diseñado.

Este líquido, denominado humor acuoso, tiene un sistema de producción y otro de evacuación.

El perfecto equilibrio entre estos dos sistemas, permite mantener prácticamente constante la presión intraocular.

Si como consecuencia de algún fallo en estos mecanismos, entra mas liquido del que puede salir del ojo, la presión se eleva y el nervio óptico comienza a dañarse.

Glaucoma
Ojo con glaucoma.

Glaucoma: Tratamiento

En la actualidad se dispone de muchos métodos efectivos de tratamiento.

(entre los que se incluyen el empleo diario de agentes beta-bloqueantes y procedimientos quirúrgicos como la trabeculoplastia con láser).

Si bien el primer paso en el tratamiento es la detección precoz por medio de exámenes regularmente programados en los que se incluya la tonometría, la biomicroscopia y la evaluación del fondo de ojo bajo dilatación, así como la evaluación del campo visual.

Los factores de riesgo más importantes son una presión intraocular elevada (tanto para el g. de ángulo cerrado como abierto) y un ángulo de drenaje estrecho (para el g. de ángulo cerrado).

Dado que la presión intraocular se encuentra dentro de los límites normales en el glaucoma menos habitual, denominado de «baja tensión», son de especial importancia los exámenes del campo visual y del fondo de ojo bajo dilatación para todos los pacientes de edad avanzada.

Entre los factores de riesgo adicionales se encuentran la miopía y los antecedentes familiares.

El tratamiento tiene como objetivo conservar la visión y el campo visual tal y como estaban en el momento del diagnóstico, pues hoy es imposible la regeneración de las fibras del nervio óptico que ya estaban atrofiadas.

La progresión del daño al nervio óptico, se evita manteniendo la presión intraocular en cifras normales.

  • Tratamiento médico:

En los casos mas leves, es muy probable que la enfermedad se mantenga bajo control con la utilización de gotas oculares para disminuir la presión los cuales deben usarse permanentemente.

  • Tratamiento quirúrgico:

Existen dos modalidades de cirugía, la realizada con láser y la intervención quirúrgica propiamente dicha.

  • Tratamiento láser:

En el glaucoma crónico, el láser aplicado en la zona que se encuentra obstruida e impide el paso del humor acuoso, permite mejorar la salida de este, disminuyendo de este modo la presión intraocular.

La técnica denominada Trabeculoplastía, es muy útil en los pacientes que no toleran la medicación o que nos vemos obligados a suprimirla por los efectos colaterales.

También se recomienda en aquellos pacientes que a pesar del tratamiento médico, no conseguimos mantener su presión intraocular en los límites de la normalidad.

En el glaucoma agudo, la aplicación de láser para realizar un orificio en el iris que comunica las cámaras anterior y posterior del ojo, tiene una gran efectividad.

Este procedimiento que se conoce por Iridotomía, debe hacerse en los dos ojos cuando se produce un ataque de glaucoma agudo en uno de ellos.

También se recomienda como medida preventiva, en los pacientes que presentan uno o varios factores de riesgo para padecer un glaucoma de este tipo.

  • Trabeculectomía:

Es la técnica quirúrgica de elección para aquellos casos diagnosticados en fases muy avanzadas o cuando se ha fracasado con el tratamiento médico o la cirugía láser.

La operación consiste en la creación de una nueva vía de salida para que el humor acuoso abandone por ella el globo ocular y se mantenga así la presión en límites normales.

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