Oftalmía Neonatal: Definición

Oftalmía Neonatal

Oftalmía Neonatal es una conjuntivitis que se da en el recién nacido. Puede deberse o no a causas infecciosas. Esta infección puede ser debida a:

Enfermedades de transmisión sexual (ETS), bacterias de la piel como staphylococus aureus, bacterias provenientes del tracto gastrointestinal de la madre como pseudomonas.

La mejor prevención de la Oftalmía Neonatal es el tratamiento de cualquier ETS que pueda tener la madre antes del parto.

La Oftalmía Neonatal se produce en los primeros 28 días de la vida de un niño.

Los gonococos como la Neisseria gonorrhoeae son la clásica causa de la conjuntivitis.

Sin embargo, en los últimos decenios se ha producido una notable reducción de las infecciones gonocócicas, por lo que otros gérmenes son actualmente responsables de la conjuntivitis neonatal.

Estas son principalmente clamidias.

Estas bacterias Gram-negativas son responsables de alrededor del 73 por ciento de todas las conjuntivitis en los niños.

Otros agentes causantes son los estafilococos, los estreptococos, las pseudomonas o virus como el herpesvirus. Sin embargo, de manera similar, diferentes influencias ambientales pueden causar conjuntivitis en los niños.

La medicina básicamente distingue entre la conjuntivitis infecciosa y la no infecciosa neonatal.

Mientras que la oftalmia neonatal infecciosa es desencadenada por bacterias y virus, la forma no infecciosa es causada por reacciones al polen, al polvo doméstico, a los productos cosméticos o a la fiebre del heno.

Otros posibles autores de las enfermedades oculares son los productos químicos, los cuerpos extraños y la exposición excesiva a la luz solar.

La forma infecciosa puede a su vez estar asociada con un resfriado común.

No es infrecuente que la transmisión de gérmenes en el proceso de nacimiento se produzca por presión en los párpados.

También es concebible una infección de frotis después del nacimiento de un niño a otro.

Otra circunstancia que puede conducir al desarrollo de la conjuntivitis neonatal es el funcionamiento aún no completo de los conductos lagrimales.

Esto lleva a la acumulación de exceso de líquido lagrimal, que no puede drenar adecuadamente.

Oftalmía Neonatal: Síntomas, quejas y signos

Los síntomas de la Oftalmía Neonatal pueden variar dependiendo del patógeno.

En una infección gonocócica, los médicos hablan de una gonoblennorrea. Se caracteriza por una fuerte acumulación de pus.

Además, los párpados del bebé se hinchan, haciendo que salga pus cuando los ojos se abren.

Dado que la gonorrea causa úlceras en la córnea, se considera una forma particularmente peligrosa de Oftalmía Neonatal.

Esto muestra la aparición de agujeros. En el peor de los casos, la ceguera también amenaza.

En el caso de la Clamidia blenorrea, los ojos del niño se hinchan y hay una formación de pus viscoso.

En las células conjuntivas se pueden reconocer los llamados cuerpos de inclusión característicos.

En la medicina, la forma de la enfermedad se denomina también conjuntivitis de inclusión corporal.

Si los herpes provocan la Oftalmía Neonatal, esto se puede ver a través de una conjuntiva hinchada y enrojecida.

Además, se forman burbujas en el párpado, que están llenas de líquido. La conjuntivitis viral se considera particularmente contagiosa.

Diagnóstico y curso de la Oftalmía Neonatal

Si se sospecha que un niño tiene conjuntivitis, consulte a un médico.

Para su examen, el médico utiliza una lámpara de hendidura especial, con la ayuda de la cual puede mirar las diferentes estructuras del ojo ampliado. Para examinar los párpados internos, se doblan.

Para determinar el patógeno, se suele tomar una tinción.

Un indicio de infección por Clamidia son los cuerpos de inclusión en las células raspadas de la conjuntiva. Si una alergia es un posible desencadenante de la oftalmología del recién nacido, se pueden realizar varias pruebas de alergia.

Si la Oftalmía Neonatal es tratada profesionalmente y no se producen complicaciones, la oftalmia suele proceder favorablemente.

Los síntomas desaparecen después de unos 14 días. Sin embargo, el proceso de curación puede verse retrasado por la influencia del polvo, la luz solar o el humo del cigarrillo.